Teoría, Crítica e Historia

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La abolición de la esclavitud
y el mundo hispano


Dimensión gráfica de la
trata de esclavos

El término “trata” es un eufemismo conveniente que busca eliminar la dimensión ética del concepto implícito en “la trata de esclavos”. Un término mucho más apropiado es el de “comercio negrero”, pues la palabra “negrero” ha conservado la carga de infamia que implica rebajar al ser humano a la categoría de mercancía. En cualquier caso, ambos términos se nos presentan en el siglo XXI como lejanos, como desprovistos de verdadero significado. Y ese es precisamente el objetivo de esta dimensión gráfica: aproximar a nosotros el concepto de la esclavitud, procurar, en lo posible a través de la fotografía, que adquiera vida la institución de la esclavitud. Por ello mismo he creído conveniente agrupar las imágenes en dos secciones: La trata (las distintas fases de la comercialización de los esclavos negros), y el negrero. Repitamos que no se trata de procesos distintos, son únicamente dos perspectivas de presentar un mismo proceso deshumanizante.

La primera fase de la trata era la captura de los negros en sus propias aldeas. Según incrementó la demanda de esclavos, se extendió también a lo largo del continente africano. Aunque llegaban esclavos de las más diversas regiones de África, la inmensa mayoría provenían de la costa occidental, de Senegal a Angola; sobre todo de la región al norte del río Congo. Las consecuencias inmediatas fueron la despoblación, el aumento de la población anciana, el abandono de la agricultura, la corrupción de las estructuras sociales.

 Se calcula que para 1600 se habían transportado 900.000 esclavos africanos. La demanda iba en aumento y los portugueses pierden el monopolio que poseían en el transporte de esclavos. Para 1700 se calcula que otros 2.750.000 de esclavos negros había sido transportados a América. Para entonces habían entrado ya en el comercio negrero los holandeses, los ingleses, los daneses y los franceses. A lo largo de la costa africana existían ahora 40 "factorías" de esclavos (Meltzer). Por lo general los esclavos eran primero vendidos a intemediarios que los transportaban a las "factorías" donde negociaban las ventas a los europeos.

Desde el comienzo se presto especial cuidado a la "calidad de la mercancía". Se preferían esclavos fuertes, sanos y jóvenes, no sólo en vistas al precio que aportaría su venta, sino también en vistas a los rigores de una travesía transatlántica de semanas (a veces meses). Resulta en este contexto de interés el grabado de un "cargamento" de esclavos liberados por el barco británico el Undine (destaca sobre todo el predominio de adolescentes).

El esclavo negro, como mercancía, era también marcado con hierro caliente, de modo semejante al usado para marcar el ganado. Esta práctica continuó hasta mediados del siglo XIX. La deshumanización de este proceso se acentúa cuando se considera el texto del siguiente anuncio reproducido en 1853 en los Anti-Slavery Tracts:
Veinte dólares de recompensa.- Joven negra huida, de nombre Molly, 16 o 17 años de edad; marcada recientemente en el carrillo izquierdo con ‘R’, y con un trozo cortado de su oreja del mismo lado; la misma letra en la parte interior de sus dos piernas”.


    

Este diseño, pertenecen al barco negrero Brookes cuya capacidad máxima era de 451 esclavos, destinando a cada uno de ellos un espacio de 183 cm. por 40 cm. (menos espacio para las mujeres y niños). Según acusaciones de la Asociación Abolicionista en 1789, el Brookes llegó a llevar "cargamento" de 609 esclavos (en la fotografía ampliada se encuentran más detalles sobre el diseño del barco y la disposición de su "cargo" de esclavos). El transporte en estas condiciones llevaba consigo un alto índice de mortandad, que queda bien dramatizado en los siguientes datos de cuatro barcos negreros capturados durante el inicio de la prohibición de la trata en la década de los 30 (Martínez).
   
Buques Embarcados Muertos
Cintra 970 214
Brillante 621 214
Commodore 685 300
Explorador 560 300

Un grabado en el Harper's Weekly de 1860 muestra la extensión de este "cargamento" de seres humanos, en varias dimensiones, pero sobre todo en dos pertinentes para nuestro propósito: a) el espacio limitado en compartimentos dónde sólo podían estar sentados, y b) Las condiciones físicas en que llegaban los que sobrevivían la travesía. Estas condiciones sirven para colocar en perspectiva las estadísticas anotadas más arriba. Los principales puertos oficiales de llegada en el Caribe fueron Cartagena de Indias y Veracruz. 
    

La muerte de los esclavos negros durante la travesía transatlántica se debía en ocasiones a cusas todavía más siniestras que las de la muerte por las condiciones en las que eran transportados. Antes de la prohibición de la trata, estas causas incluían entre otras el miedo a las enfermedades o la falta de alimentos. En ambos casos se arrojaban al mar a los esclavos, bien para evitar el posible contagio bien para aligerar la “carga” (los seguros no se hacían cargo de los esclavos que perecían por enfermedad, pero sí de los que perecían ahogados durante la travesía). Después de la prohibición de la trata, la causa podía ser simplemente la de evitar ser capturados.

         

El ejemplo que nos proporciona Castelar representa el punto final del tránsito, la llegada de la “mercancía” a su nuevo destino: "Se venden dos yeguas de tiro, dos yeguas del Canadá; dos negras, hija y madre; las yeguas, juntas o separadas; las negras, la hija y la madre, separadas o juntas." Con la llegada al destino sólo se iniciaba la vida en la esclavitud, una realidad difícil de comprender incluso a través de los vívidos testimonios e imágenes que nos han llegado.

Bibliografía citada

  • Aficans in America. America's Journey through Slavery

  • Anti-Slavery Tracts. Five Hundred Thosand Strokes for Freedom (London, 1853). Miami: Mnemosyne Publishing Co., 1969.

  • Martínez Montiel, Luz María. Negros en América. Madrid: Mapfre, 19992.

  • Meltzer, Milton. Slavery. AWorld History. New York: Da Capo Press, 1993.

 

© José Luis Gómez-Martínez
Nota: Esta versión electrónica se provee únicamente con fines educativos. Cualquier reproducción destinada a otros fines, deberá obtener los permisos que en cada caso correspondan.

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