Cumandá o un drama entre salvajes
de Juan León Mera (1879)

Cumandá es una bella joven que vive en la selva peruano-amazónica con su familia indígena.   Su belleza es tal, que se la distingue y premia al seleccionarla como la nueva esposa del cacique de los Paloras.  Cumandá, sin embargo, ha conocido y se ha enamorado de Carlos Orozco, un joven blanco, con quien secretamente planea casarse.  Tanto Cumandá como Carlos crean distancia cultural entre la joven y su familia y tribu, destacando las diferencias existentes.  Cuando Tongana, el padre de Cumandá, descubre los planes de su hija, hace todo lo posible por impedirlo (con amenazas y golpes).   El casamiento de Cumandá con el cacique será parte de una importante celebración: el curaca debe reafirmar su poderío, lo que logra venciendo al cacique retador, y se hace merecedor de los brazaletes de piel de culebra, que entrega a Cumandá en señal de afecto.  Carlos, que ha seguido a la tribu a la espesura de la selva, intenta frustradamente rescatar a Cumandá; solo logra caer prisionero.

Cumandá se ofrece como prenda de rescate: si la tribu libera a Carlos, ella aceptará convertirse en esposa del viejo curaca.  El cacique, viendo que de otra manera perderá a Cumandá, quien ha amenazado suicidarse si su propuesta es rechazada, acepta.  Se libera a Carlos, quien parte raudamente a la misión de Andoas, donde su padre, don Domingo es sacerdote.  Mientras tanto, en la selva, se comienzan los preparativos para la boda de Cumandá.

Cuando Carlos llega a Andoas, el padre Domingo escucha su relato y decide ayudarlo: la joven de quien se ha enamorado su hijo, a pesar de ser “indígena” es cristiana y por su comportamiento se ha hecho merecedora de la compasión.  Mientras el padre Domingo y Carlos preparan un ataque para rescatar a la joven, en la selva ha habido una pequeña revuelta, el curaca ha muerto, Cumandá ha sido inculpada y ha escapado hacia Andoas en busca de Carlos.  La cacería humana que le sigue es dirigida por el propio Tongana.  Cumandá llega a Andoas poco antes que Tongana y los demás perseguidores.

En la aldea, poco antes de expirar la muchacha, se descubre su verdadero origen.  Cumandá no es otra que Julia, hija de don Domingo y hermana de Carlos.  Muchos años antes, cuando el “padre Domingo” era don José Domingo de Orozco, un poderoso propietario, con familia y tierras e indios a su servicio, había habido un alzamiento indio que había arrasado con la familia.  Carlos, quien estudiaba en la ciudad, se había salvado.  Don Domingo, habiendo perdido a sus seres amados, había tomado los hábitos y cambiado su conducta anterior para intentar cristianizar a los indios.  Julia, en ese entonces bebé, había sido protegida por la aya india, y junto con Tongana, su esposo, la habían criado como suya.  Tanto Tongana como Cumandá mueren, ambos a sabiendas de la verdad, y con la bendición cristiana.   Solamente la satisfacción de haber encontrado a su hermana a quien creía muerta, y la tranquilidad de no haber cometido incesto (al no haber consumado su amor), le da a Carlos una medida de tranquilidad.

Bibliografía

  • Mera, Juan León. Cumandá o un drama entre salvajes. Quito: Editorial Don Bosco, 1965.

 

© Marina Herbst,
El concepto de identidad iberoamericana como elemento posibilitador del discurso indigenista. 2003.