Metáfora

 

La metáfora: "Tropo que consiste en trasladar el sentido recto de las voces en otro figurado, en virtud de una comparación tácita; v. gr.: Las perlas del rocío; la primavera de la vida; refrenar las pasiones" (DRAE). Decimos una "comparación tácita" (labios de clavel), porque si la comparación es explícita, entonces se trata de una imagen (sus labios eran rojos como el clavel).

En las últimas décadas se ha profundizado sobre la naturaleza del leguaje y del signo y en la actualidad se hace necesario modificar expresiones como la del "sentido recto de las voces", pues todo lenguaje es metafórico. Lázaro Carreter nos habla de "metáfora lingüística, léxica o fósil, es decir, la palabra que originalmente fue metáfora, pero que ya ha dejado de serlo y se ha incorporado a la lengua (pluma estilográfica, hoja de papel) y metáfora literaria, que pertenece al habla, como modalidad individual de un escritor o un hablante" (FLC). En otras palabras, cuando una metáfora llega a ser de uso popular, pierde también su frescura metafórica para convertirse poco a poco en "el sentido correcto de la voz"; tal sería el caso, por ejemplo, de cabeza de ajos, cuello de la botella, la pata de la silla, etc.

Martínez Amador distingue "cuatro clases de metáforas: 1°, la de un ser animado a otro, como cuando se dice que una muchacha ruborosa es una sensitiva, que un hombre taimado es un zorro, etc.; 2°, la de una cosa inanimada a otra, como la cumbre del poder, este negocio es una mina, etc.; 3°, de lo inanimado a lo animado, v. gr., al decir que un guerrero fue un baluarte de la independencia de su patria, que Don Quijote era el escudo de los menesterosos, que un buen hijo es el báculo de la vejez de sus padres, etc.; 4°, la de lo animado a lo inanimado, como el llamar gusano a un remordimiento, o decir que un hombre devoró su herencia, etc." (MADG).

Aunque la clasificación en metáfora, metonimia y sinécdoque, quizás como todo intento de regular el lenguaje, resulta arbitraria y en los estudios críticos actuales tienden a fundirse en una expresión más amplia del concepto de metáfora, nos parece útil la distinción de R. Jakobson entre la directriz metafórica cuando un tema conduce a otro por semejanza, v. gr.: cabellos de oro; y directriz metonímica cuando se llega por continuidad, v. gr.: una copa de Jerez (para Jakobson la metonimia comprende también la sinécdoque). Marchese y Forradellas explican que "en la metáfora, el mecanismo de desplazamiento semántico puede producirse a través de un término intermedio que tiene propiedades inherentes que son comunes a los dos términos que hacen de punto de partida y punto de llegada de la metáfora (X e Y). Por ejemplo, la metáfora la boca de la cueva reposa sobre la traslación ‘entrada’ º ‘boca’ (respectivamente X e Y) que se hace posible por el término intermedio ‘abertura, ingreso’, que es común tanto al llamado ‘vehículo’ de la metáfora (X) como al ‘tenor’ (Y)" (MFDR).

 

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