Es tan importante en el Perú la presencia de la religión católica en
todos los niveles de nuestra sociedad, empezando por ser una
asignatura escolar como lo mencionamos, que no resulta extraño
contar a quienes nos lean, que la existencia de los santos como
iconos es muy relevante; los hay para todos los gustos y condición;
solo por poner algunos ejemplos la Virgen de las Mercedes es la
patrona de los reclusos; San Antonio, de los milagros imposibles;
Santa Rosa de Lima, Patrona de América, es la patrona de la Policía
Nacional del Perú, y es común encontrar en cada sede policial, una
pequeña gruta en la que se conserva su imagen y se le venera; el 30
de agosto, día de su fiesta patronal, es feriado para la policía; en
esa fecha los boy scout dirigen el transito vehicular. No
solamente son patrones o patronas de instituciones los santos
oficiales (canonizados), los hay también los que la voluntad popular
ha santificado, es el caso de Sarita Colonia, la “santa” de los
delincuentes y prostitutas; el mismo camino esta siguiendo el
malogrado cantante de música popular “Chacalón”.
La fe (ciega) de los feligreses en la religión católica los lleva a
asumir compromisos institucionales como hemos referido en la policía
por ejemplo; pero, es particular el caso del centenario equipo de
fútbol peruano Alianza Lima, cuyo nacimiento esta asociado a
jugadores de fútbol de raza negra, nacidos del bajo mundo en el
populoso Distrito de La Victoria el año 1901. Se consagró desde sus
orígenes al Señor de los Milagros, llamado también el Cristo Morado,
devoción que hace que sus devotos vistan un hábito morado durante
todo el mes de octubre; los futbolistas, cuyo uniforme es de anchas
franjas verticales azules con blanco, usan en octubre una camiseta
de franjas moradas con blanco.
Esta devoción, por lo general de origen popular, se manifiesta
también en los obsequios que se hacen a los ídolos. Por citar un
caso: la Virgen de la Puerta de Otuzco, en el departamento de La
Libertad, cambia de vestimenta cada quince días; consiste esta en
una capa generalmente de pana o paño bordada finamente con alegorías
alusivas a la persona o institución donante, en el que en algunos
casos se usa hilo de oro, cuando no otros de mucho detalle; cada
quince días se le cambia de capa según el obsequio comprometido para
esa fecha por determinado devoto, y en las fechas de fiestas
patronales (diciembre), se le cambia diariamente. Lo extraordinario
de esto es que en el museo religioso de Otuzco, en grandes estantes
de vidrio se pueden apreciar las capas que la Virgen de la Puerta
usara hasta el año 2030.