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La cesura y el hemistiquio Denominamos cesura a la pausa interna en un verso. Hemistiquio es cada una de las partes que separa la cesura. Con frecuencia la cesura se marca con signos de puntuación. La cesura está íntimamente relacionada al ritmo de los versos y se usa normalmente en versos de arte mayor (versos de nueve o más sílabas), pero también se puede encontrar en versos de arte menor, como veremos más abajo en el ejemplo de Espronceda. Como elemento primordialmente rítmico, la cesura tiene también aplicación en la prosa. La fuerza de la cesura puede llegar a impedir la sinalefa; así sucedía, por ejemplo en el antiguo romancero, cuyos versos de dieciséis sílabas con cesura entre las sílabas ocho y nueve (con dos hemistiquios de ocho sílabas) ha llegado a representarse como versos de ocho sílabas con rima asonante en los versos pares, también se explica de este modo el frecuente encabalgamiento en los versos impares:
Irme quiero a tornar moro allende la morería;
El valor rítmico de la cesura, al dividir claramente el verso en dos Hemistiquios, se percibe también en versos de menos sílabas como en el siguiente ejemplo de los versos dodecasílabos de Rubén Darío en su poema “Era un aire suave”:
En otros casos, especialmente en versos de arte menor (de ocho sílabas o menos), la cesura puede depender de la interpretación rítmica. En el siguiente ejemplo de José de Espronceda (“Canción del pirata”), los versos de cuatro sílabas pueden leerse con o sin cesura (véase la lectura de este poema en la sección de antología):
(Gómez-Martínez) |