Índole Al igual que en Aves sin nido, en Índole Matto de Turner encara la situación de los clérigos, el celibato sacerdotal y la limpieza de la Iglesia. Índole es una novela del realismo peruano, en la cual los presupuestos positivistas y el naturalismo constituyen el centro de la cuestión. En este sentido, Índole no es una novela indigenista en sí, sino sólo tangencialmente, en tanto atiende a uno de los temas tradicionales. Eulalia López está casada con Antonio. Son una pareja relativamente joven, que intenta mantener puro y fuerte el lazo del matrimonio. En parte por esto y en parte a causa de sus ideas político-religiosas, Valentín se opone a que su devota esposa se confiese y aún que asista regularmente a los servicios religiosos. Si bien esto perturba a Asunción, cumple (temporalmente) con el pedido de su esposo. Asunción Vila, casada con Valentín Cienfuegos, el socio de Antonio, cela a Eulalia. La bondad, humildad y caridad de ésta, junto con su belleza y juventud, hacen que Asunción desconfíe. Es más, según Asunción, Eulalia le es infiel a su esposo. A fin de probar esto, Eulalia hace que uno de sus sirvientes (indios) y una vendedora de tejidos sirvan de espías. El señor Peñas, sacerdote de la iglesia a la que pertenecen Asunción y Eulalia, y confesor de la última, está perdidamente enamorado de la señora de López. Es éste el motivo por el cual insiste en que Eulalia se confiese con él y quebrante la promesa hecha a su esposo en cuanto a los servicios religiosos. Eulalia accede, mas bajo el pacto que todo será en secreto, a fin de no agraviar a su esposo. Peñas aprovecha este ocultamiento a fin de allanar el camino al corazón de Eulalia y quebrantar sus votos matrimoniales. Asunción no es extraña al arreglo, en tanto Eulalia la ha hecho partícipe de su nuevo confesor. De esta manera, y a causa de la buena reputación que el sacerdote posee a los ojos de Asunción, ésta concluye en que Eulalia debe ser, después de todo, una buena persona, y las cosas buenas que se cuentan de ella, ciertas. En una visita a la hacienda de los Cienfuegos, en un momento en que el sacerdote logra quedarse a solas con la señora de López , intenta besarla, expresándole sus sentimientos y pidiéndole una oportunidad para materializarlos. La señora de López, sorprendida ante la declaración (y las acciones) del sacerdote, huye, dejándolo solo. El sacerdote despechado decide tomar venganza y hurta un documento de negocios que compromete a López y Cienfuegos, para presentarlo ante las autoridades. Simultáneamente, de este mismo documento, y de su situación política-económica, Valentín y Antonio habían discutido para no llegar a ningún acuerdo. Sin embargo, a posteriori, cuando Antonio es llamado a declarar y se halla en una situación difícil, que puede resultar en su procesamiento, Valentín se presenta, aclara la cuestión y logra la exoneración de su amigo y socio. La “índole” —“eso que los moralistas llaman inclinaciones y los factistas califican de predestinación” (Matto, Índole 97)—, para el bien o para el mal de cada uno de los personajes es lo que triunfa y lo que determina el fin que cada uno tiene en la novela. Bibliografía
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© Marina Herbst, El concepto de identidad iberoamericana como elemento posibilitador del discurso indigenista. 2003. |